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¿Cómo gravar impuestos en economía digital?

El mundo está cambiando cada día, la forma en la que se hacen los negocios, contratan personal, la comunicación con los clientes, celebraciones, estudiar, como se realiza todo esto hoy en día podría haber parecido inimaginable hace 10 años, sin ir demasiado lejos hace un año jamás se hubiera pensado que la realidad cambiaría tan radicalmente.

Sin embargo, es un hecho, el auge de la tecnología digital, sin presencia física para hacer actividades, transacciones y negocios sin jurisdicción particular forma parte de la vida.

Esto también ha creado nuevos conceptos, dudas, limitantes y aspectos por definir, uno de los mayores desafíos es entender que no existe un nexo físico necesariamente para haber una relación comercial, con el nexo virtual es suficiente, pero debe limitarse, definirse y aclararse.

Por ejemplo, en la economía tradicional mover maquinarias de fabricación de un lugar a otro habría tenido un costo significativo, en cuanto a tasas de impuestos y otros detalles fiscales, mientras que en la actualidad los derechos de propiedad intelectual, las patentes se pueden mover fácilmente sin costo, ni mayores complicaciones.

Impuesto a los servicios digitales

En este dinamismo de la economía digital, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha calculado que al cambiar la forma en que se grava la economía digital, los impuestos aumentarán en 100mil millones, lo que representa 4% de los ingresos corrientes del impuesto sobre la renta de las empresas.

Este debate se ha vuelto aún más importante porque el COVID-19 ha obligado a muchas empresas a migrar a lo digital y por la cantidad de dinero que los gobiernos a nivel mundial han destino para la reactivación de la economía.

Aparentemente parece haber un acuerdo en la economía digital debe gravarse de otra manera, pero dada la novedad existen muchas aclaratorias fundamentales que las personas encargadas deben tomar en cuenta, como, por ejemplo:

  1. Alcance

Hasta donde llega lo digital, de qué se trata esta categoría y cómo se puede medir, hay varias corrientes la primera considera los datos de los usuarios como el principal creador de valor mientras que otro indica que cualquier interacción o intercambio digital entraría dentro de la economía que debe gravarse.

Otro aspecto importante a considerar es el nivel de ingreso generado, las cantidades sobre las cuales debe aplicarse este nuevo impuesto a los servicios digitales, se deben delimitar los distintos umbrales de ingresos para que este impuesto sea considerado.

La OCDE ha propuesto utilizar el mismo umbral de ingresos que se utiliza para los informes y declaraciones de ingresos de cada país.

  1. Nexo

Cómo se determina el lugar para pagar este impuesto, aquí se encuentra el meollo del asunto, no se trata de cantidad correcta de impuesto sino la jurisdicción donde se paga. Un prestador de servicios digitales puede encontrarse en cualquier parte del mundo y tener clientes en diferentes países.

El enfoque que se está tomando en cuenta es que los impuestos se paguen en el país donde se encuentran los consumidores, en lugar del país de residencia.

  1. Base Imponible

Otra discusión importante es en cuento a las normas contables a aplicar y cómo se van a contabilizar las pérdidas. Desde el 2015 la OCDE está tratando estos temas y aún no se ha llegado a un acuerdo estable para todos.

  1. Impuestos de servicios digitales en todo el mundo

Muchos gobiernos han presionado para la aprobación de esta ley, incluso han aprobado sus propias legislaciones en cuanto a ello. Analizando las disposiciones que se han implementado y los acuerdos a los que se han llegado.

Sin embargo, no existe algo definido para todos los países, por ejemplo, Panamá aún se encuentra en proceso de aprobación.

La OCDE reconoce que en el mediano plazo la economía global será digital y las bases fundamentales de la tributación a nivel internacional no servirán para generar ingresos tributarios a los distintos estados, es imperativo encontrar una solución consensuada.

Este organismo intenta instalar un nuevo esquema para que los países puedan obtener su porción de recaudación de los modelos de negocios digitales.

¿Cuál es el futuro en cuanto a esta ley?

Aunque efectivamente existe un acuerdo de que la economía digital debe gravarse de manera diferente, todavía hay mucho por aclarar, se debe garantizar neutralidad fiscal para facilitar un comercio justo y evitar impuestos discriminatorios.

Establecer un impuesto para todo el mundo no es tarea fácil, los responsables de realizarlo no se enfocan solo en los problemas actuales, sino que deberán crear un marco fiscal que pueda responder a los desafíos de este nuevo mundo económico que parece cambiar cada día.