El resguardo de los recursos de una organización es el objetivo principal de quienes se encargan del control interno de las empresas, lo cual es necesario para evitar cualquier desviación o pérdida por casos de fraudes o simplemente por negligencia, y que se traduce en efectos negativos.
Partiendo de esta conceptualización y tomando en cuenta los tiempos en los que vivimos, ahora más que nunca existe la necesidad de que las empresas apliquen el sistema de control interno, ya que es lo único que permite tener una certeza de cuál es el estatus de los recursos y cómo deben ser manejados de manera sistemática para evitar grandes pérdidas que llevan a la organización en el peor de los casos, a un cierre, liquidación o la coloque en un escenario donde realmente sus operaciones estén comprometidas de manera negativa.
Es importante señalar, que para que esta tarea sea realmente efectiva, debe ser encargada a un personal que posea un amplio criterio administrativo, ya que es imperativo mantener una evaluación que ponga en perspectiva lo relevante para mantener a la organización en funcionamiento.
Esta advertencia es imperante, porque generalmente muchas empresas pequeñas o medianas no le dan la debida importancia a este proceso, porque creen erróneamente, que solo las organizaciones grandes son las que deben tomar estas previsiones. Esta visión obviamente es equivocada, ya que lo ideal es tener el control interno para poder resolver de mejor manera todos los inconvenientes que se pueden presentar, así como manejar las inversiones y cualquier otra necesidad que surja.
Si no hay control interno, pueden ocurrir problemas financieros que van desde pérdida de activos, hasta malversación o incumplimiento de asuntos legales, operaciones fraudulentas que al final van en detrimento del nombre de la organización. Todo esto se puede evitar con una vigilancia constante de esta área.
Es así como el tamaño de la empresa no es lo que determina la necesidad de mantener un control, porque aun cuando haya un solo propietario que sea quien lleve la batuta y se crea que la organización es muy pequeña, siempre debe existir un departamento que se encargue de todas las actividades que giran en torno a los ingresos y egresos de dinero.
En esas empresas donde se ha entendido este concepto, hay una mayor garantía del manejo de los recursos, y se realiza con mayor responsabilidad todo lo relacionado con las finanzas y su administración, lo que se traduce en mayores beneficios.
Es necesario que haya un efectivo control interno si las metas de las organizaciones están dirigidas a mejorar su productividad mientras se hacen más competitivos en su entorno. Ante esto, es indispensable minimizar cualquier tipo de riesgo o errores. Si se protegen los recursos y se manejan bien, esto hará ver a la empresa como un ente que funciona dentro de la ley y cumple con todas sus regulaciones, lo cual le da una posición positiva y la ayuda a que los posibles inversionistas la vean atractiva.
Ante tantos cambios que se observan a nivel mundial y la velocidad con la que cada vez vemos más avances tecnológicos, deben llevar a cada una de las organizaciones a revisar sus procesos internos y actualizarlos para ponerse al nivel de la globalización, lo cual es necesario para mantenerse activos y dentro del competitivo mundo de los negocios.
En este sentido, se debe potenciar el control interno y todas las estructuras administrativas, en aras de de cumplir con las exigencias de los mercados y mantenerse estables, de lo contrario sufrirían impactos negativos dentro de las finanzas.
Dotar al personal de nuevos conocimientos y competencias mejorará los resultados de la organización. Hay que tomar conciencia que cuando se trabaja en la automatización, generalmente los procesos mejoran, pero se suele prescindir de algunas personas. Aún así los resultados se optimizan porque incrementan la productividad y esto ayuda a ampliar muchas áreas vinculadas directamente con el comercio, lo que se traduce en más ingresos.
Otro de los beneficios del control interno cuando se usan sistemas automatizados, es que simplifica procesos como auditorías para que la gestión sea más efectiva, haciendo uso de la información ya organizada y clasificada.
En los tiempos de pandemia ha destacado el componente de detección o administración de riesgos, porque muchas empresas se enfrentan al desafío de desaparecer o de tener pérdidas cuantiosas, pese a que sean muy reconocidas. La prevención es fundamental para la toma de decisiones, a través de la creación de planes que sirvan para seguir vigente. Apoyarse en equipos sólidos es una necesidad, y en Baker Tilly estamos para trabajar en conjunto en el desarrollo de tus metas.
En Baker Tilly tenemos el expertiz y metodologías para constantemente apoyarlos en la mejora continua bajo una perspectiva de mapeo de riesgos con la adecuada segregación de función sin la necesidad de incurrir en costes adicionales.
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