Blog

El CFO lidera y lo hace bien, pero no debería cargar solo con todo

Escrito por Baker Tilly | miércoles, 20 de agosto de 2025

Ser CFO no es casualidad. 

Ese puesto se gana con años de disciplina, criterio y resiliencia. 

Quien ocupa esa silla ya demostró que puede proteger a la empresa en tiempos de incertidumbre y darle dirección en etapas de crecimiento.

Pero aquí está la verdad incómoda: incluso un CFO brillante puede estar pagando demasiado caro por hacerlo todo solo. 

En la mitad de la década más innovadora de la historia, con el rol más expandido que nunca, esa factura puede ser devastadora.

La paradoja del CFO moderno

En el pasado, el rol del CFO estaba asociado principalmente a la precisión de los balances y al control de riesgos. Hoy, esa definición se ha quedado corta.

El CFO enfrenta un mandato más amplio: cortar costos y, al mismo tiempo, impulsar crecimiento; garantizar cumplimiento normativo y, a la vez, acelerar la innovación; preservar la estabilidad financiera mientras lidera la transformación digital.

La presión no es solo externa. 

El directorio, los inversionistas y los equipos internos esperan que el CFO sea mucho más que un guardián de los números. Lo ven como un socio estratégico que debe influir en el rumbo de la compañía.

Sin embargo, hay un límite natural. 

Gartner lo confirma: el 70 % de las transformaciones financieras avanzan más lento o con menos impacto del esperado, mientras apenas un 13,5 % logran superar lo previsto. 

Y esto no ocurre porque el CFO carezca de capacidad o visión, sino porque el peso de tantas responsabilidades simultáneas excede lo que puede manejar un solo líder sin respaldo adicional.

Un líder con múltiples rostros

El rol del CFO en 2025 combina al menos cuatro grandes dimensiones que, en conjunto, lo hacen más complejo que nunca:

  • → La del protector, que resguarda los activos de la organización, asegura el cumplimiento regulatorio y transmite confianza a inversionistas y stakeholders.

  • → La del operador, que debe garantizar eficiencia en procesos, precisión en los reportes y solidez en las operaciones financieras del día a día.

  • → La del estratega, que se sienta en la mesa de decisiones para influir en el rumbo de la empresa, apoyar procesos de M&A, y conectar finanzas con dirección general.

  • → Y la del impulsor del cambio, que fomenta una cultura de resultados, acelera la innovación y asegura que la organización pueda adaptarse con rapidez a nuevos escenarios.

Cada una de estas facetas es crítica. 

El desafío surge cuando todas recaen en la misma persona, con un equipo que muchas veces ya está sobrecargado y procesos que no siempre evolucionan a la velocidad necesaria.

El costo de la soledad 

Cuando un CFO intenta sostener todas estas funciones en solitario, los costos invisibles aparecen rápidamente. 

No siempre se registran en un estado financiero, pero se sienten en la operación y, sobre todo, en la capacidad de crecimiento de la empresa.

  • → Oportunidades postergadas: proyectos de expansión que no se concretan porque no hubo tiempo de aterrizar la estrategia con datos y métricas claras.

  • → Equipos saturados: áreas financieras que operan en modo reactivo, respondiendo a urgencias, sin espacio para análisis profundo o innovación.

  • → Inversiones mal evaluadas: decisiones que se toman con datos incompletos o sin considerar el impacto de largo plazo, generando retornos limitados o incluso pérdidas.

  • → Fatiga del propio CFO: líderes que dedican más horas a apagar incendios que a anticipar riesgos y construir capacidades estratégicas.

Lo más peligroso es que estos costos se acumulan sin que nadie los note al principio. 

Hasta que un día, la empresa descubre que perdió terreno frente a competidores más ágiles o que sus equipos internos ya no confían en la dirección financiera porque sienten que “siempre se llega tarde”.

Decidir sin datos: el riesgo que más caro se paga

Un error contable puede costar una multa. Una interpretación fiscal incorrecta puede frenar una operación. Pero el costo más alto, aunque invisible, es tomar decisiones estratégicas con información incompleta.

Un CFO brillante sabe leer los números. Pero cuando no cuenta con acompañamiento suficiente, corre el riesgo de verse atrapado en lo operativo y perder visibilidad sobre lo estratégico.

El resultado:

  • → Una adquisición que se posterga demasiado y pierde valor.

  • → Una oportunidad de mercado que se diluye porque la empresa no pudo anticipar la inversión en talento o tecnología.

  • → Una negociación con inversionistas que se complica por falta de indicadores claros y consistentes.

No se trata de “saber más”, sino de tener el espacio y el respaldo para convertir datos en acción estratégica.

CFOcompanion: el socio que amplifica al CFO

En Baker Tilly lo entendemos: no se trata de reemplazar al CFO, sino de darle acompañamiento estratégico para multiplicar su impacto.

CFOcompanion fue diseñado para liberar al CFO de la trampa operativa y darle el tiempo, la estructura y la claridad que necesita para ejercer su verdadero rol: ser constructor de capacidades, garante de estabilidad y líder de crecimiento.

¿Cómo lo logra?

  • → Aporta metodología clara para transformar información financiera en decisiones accionables.

  • → Entrega reportes confiables y oportunos que permiten anticipar riesgos y justificar inversiones.

  • → Facilita la integración de finanzas con estrategia, talento e innovación, asegurando coherencia entre los objetivos financieros y las decisiones del negocio.

  • → Ofrece soporte continuo que permite al CFO enfocarse en lo que genera mayor valor, sin quedar atrapado en lo operativo.

El resultado es un CFO más influyente, con mayor capacidad para anticipar escenarios, liderar transformaciones y guiar a la organización hacia el crecimiento sostenible.

¿Qué se gana con acompañamiento?

Cuando un CFO cuenta con un socio estratégico, el impacto se nota en cada nivel de la empresa:

  • → Mayor agilidad en las decisiones. Las iniciativas dejan de quedarse en presentaciones y se convierten en proyectos con resultados medibles.

  • → Mejor alineación interna. El lenguaje financiero se entiende en toda la organización, evitando malentendidos y decisiones fragmentadas.

  • → Talento mejor aprovechado. El CFO ya no es un cuello de botella, sino un facilitador que empodera a su equipo para operar con confianza y criterio.

  • → Mayor resiliencia ante el cambio. La empresa no solo responde a los nuevos escenarios, los anticipa.

En definitiva: el CFO gana control y claridad, y la empresa gana velocidad y competitividad.

Un CFO brillante no tiene que estar solo

El CFO ya demostró que puede llegar. La pregunta ahora es: ¿quiere llegar más lejos… y más rápido?

Porque el verdadero costo no está en lo que se invierte en acompañamiento, sino en lo que se pierde al no tenerlo: oportunidades desaprovechadas, talento desmotivado, transformaciones a medio camino y decisiones que llegan tarde.

📞 Contáctenos hoy mismo. Con CFOcompanion, su rol como CFO no se limita a sostener el presente: se convierte en el motor estratégico que construye el futuro de su empresa.